Pero ¿Por qué son tan importantes este tipo de alimentos? ¿Por qué en ninguna dieta saludable puede faltar la fruta? ¿Qué es lo que nos aporta que resulta imprescindible para nuestra salud?

 

¿No comes fruta? Esto es lo que te va a ocurrir

Veamos qué ocurriría en nuestro organismo si hubiese ausencia total de frutas.

  Lo primero y más notorio sería el malestar gastrointestinal. Una de las consecuencias inmediatas que podremos experimentar si no comemos frutas es el tránsito intestinal lento, estreñimiento y la irregularidad de estas funciones del organismo. No consumir fibra provoca estreñimiento hasta generar hemorroides, diverticulitis e incluso cáncer de colon y recto.

Seguidamente harían su aparición la obesidad y la diabetes. Estas enfermedades crónicas podrían prevenirse disminuyendo el consumo de alimentos procesados, de grasas saturadas (como mantequilla, quesos, carne roja, algunos aceites vegetales, etc.) y de azúcar si aumentásemos la proporción de ingesta de fruta variada. Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el año 2016, el 39% de la población de más de 18 años tenía sobrepeso y el 13% eran obesas.

Andando el tiempo nos daríamos cuenta de que a nuestro alrededor la gente que come fruta se conserva mejor que nosotros. Efectivamente, el envejecimiento prematuro es otra de las consecuencias de no comer fruta. Las frutas contienen antioxidantes que nos ayudan a retrasar el envejecimiento a nivel celular, nos brindan mayor vitalidad y energía, pueden aumentar la esperanza de vida y también contribuyen a prevenir enfermedades complejas asociadas con la edad. Si abandonamos las frutas y sólo comemos alimentos grasos o procesados, provocaremos que aumente la concentración de moléculas llamadas radicales libres que provocaran un estrés oxidativo. En resumen, nos iremos oxidando poco a poco y abriremos la puerta a enfermedades crónicas degenerativas.

Nuestro aspecto físico iría poco a poco deteriorándose. Especialmente lo notaríamos en la piel, las uñas y el cabello. Otro beneficio de las frutas es que contribuyen a nuestra belleza, porque nos permite sentirnos y vernos mas sanos. Las frutas aportan carotenos, vitamina A, vitamina C y mucha agua, que inciden en la hidratación y color de la piel, fortalecen nuestras uñas y mejoran el crecimiento del pelo.

La flojera se iría apoderando de nosotros. Bueno, más bien se trataría de anemia. Nuestro organismo necesita buena oxigenación y que el hierro que ingerimos al comer, por ejemplo, carne roja, se fije de forma eficiente. Si no consumimos fruta lo primero sería ineficiente y lo segundo sería prácticamente imposible.

Finalmente, los problemas de visión se agravarían. Hoy en día estamos expuestos a este tipo de malestar debido al tiempo que pasamos delante de las pantallas. Entre las vitaminas que pueden mejorar la vista y prevenir ס retrasar el deterioro, se encuentran la A que ayuda a mejorar la visión nocturna, la E que aporta propiedades antioxidantes y la C que nos protege de las radiaciones ultravioletas y evita las cataratas que afectan la retina del ojo. Los cítricos las contienen todas y si no los consumimos, aumentamos las posibilidades de no ver tres en un pimiento, que no es fruta, pero es vegetal.

 

 

La naranja y sus beneficios para la salud

 

Si, dicho lo anterior, caemos en la cuenta de que no podemos dejar de lado la ingesta de frutas, ahora daremos un paso más allá y hablaremos de una fruta en particular: la naranja

La naranja es sin duda una de las frutas más populares y una de las más consumidas del planeta. El género citrus es el más importante de la familia de las Rutáceas, consta de unas 20 especies con frutos comestibles, todos ellos ricos en vitaminas C, A, B9 y otros componentes que ahora veremos.

 

 La vitamina C es un antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres y que son dañinos para el organismo. Además, es necesaria para el crecimiento y reparación de tejidos, formando proteínas que componen la piel, tendones, ligamentos… Ayuda en la cicatrización de las heridas y participa en la absorción del hierro.

 

La vitamina A es necesaria para el buen funcionamiento de la retina y especialmente para la visión nocturna o con poca luz y para el buen estado de la piel y las mucosas. Además, participa en la formación y mantenimiento de dientes, tejido blando y óseo. Esta vitamina se encuentra en las naranjas en forma de carotenoides: son pigmentos de color oscuro que, una vez ingeridos, el organismo es capaz de transformarlos en su forma activa de vitamina A.

 

Vitamina B9 o ácido fólico

Otra de las vitaminas destacadas en las naranjas son los folatos, también llamado ácido fólico o vitamina B9. Interviene en la producción de los glóbulos rojos, en el desarrollo del sistema nervioso y en la formación de anticuerpos. Además, a las embarazadas se les recomienda desde el primer día.

 

Fibra soluble e insoluble

La fibra insoluble aporta volumen a las heces y ayuda a que los alimentos pasen más rápido por el tracto digestivo. Por el contrario, la fibra soluble es aquella que capta el agua formando una sustancia voluminosa tipo gel que ayuda en la digestión y que suaviza y ayuda a eliminar las heces. La fibra que contiene la naranja es tanto soluble como insoluble. Es la parte blanca que se encuentra entre la piel y la pulpa.

 

Potasio

Si después de hacer deporte te han dado calambres es por falta de potasio. Si te deshidratas pierdes electrolitos y esto provoca esa sensación de latigazo muscular repentino. La naranja puede aportar potasio y no en poca medida. Este mineral propio de las frutas es indispensable para la transmisión y generación del impulso nervioso. Además, hace posible la contracción muscular, o sea que a los deportistas les interesa mucho la naranja como fuente de este mineral.

 

 

Y hasta aquí esta entrada que, en general quizá no descubra nada que no nos hubiesen dicho antes. Pero consideramos que es bueno incidir y profundizar en los beneficios de la fruta y sobre todo la de la naranja que es la reina de nuestra huerta.