Los cítricos son una fuente destacable de flavonoides (naringenina, hesperidina o limoneno), vitamina C y folatos, nutrientes que en conjunto preservan la salud cardiovascular a través de distintos mecanismos biológicos de acción. Además, de manera indirecta, el consumo de un cítrico al día acelera la recuperación en caso de anemia ferropénica. Con la ingesta de una naranja mediana o tres mandarinas al día se cubren los requerimientos diarios de vitamina C, que participa en la salud del colágeno y las articulaciones, en las reacciones de oxidación y en el sistema de defensas.

Los flavonoides de los cítricos participan en la inhibición de la oxidación de la fracción LDL-colesterol, cuyo exceso endurece las paredes arteriales y compromete la salud cardiovascular. En la mandarina, se intuye un mayor efecto antioxidante, ya que actúan de forma sinérgica la vitamina C y los beta-carotenos, estos últimos sobresalientes en esta fruta con respecto al resto de cítricos. Un vaso de zumo fresco de mandarina (200 ml) aporta unos 80 mg de vitamina C, el 100% de las ingestas dietéticas de referencia (IDR) para este nutriente, que para la población adulta sana se estima en 60 mg.

 

Por MAITE ZUDAIRE