• La cita más antigua de los cítricos que se conoce procede de China y pertenece al Libro de la Historia (siglo V a.C.). En este libro se explica como el emperador Ta-Yu (siglo XXIII a.C) incluyó entre sus impuestos la entrega de dos tipos de naranjas, grandes y pequeñas. Ello indica el alto valor que se atribuía a estas especies. La identificación de ambos tipos no puede estar, lógicamente, clara pero podría tratarse, por la distinción explícita del tamaño de pumelos y mandarinas.

 

 

 

  • La complejidad tanto en el origen de los agrios, que probablemente, no sea única como en su expansión no debe sorpender. Esta útima como todo fenómeno ligado a grandes acontecimientos históricos, generalmente asociados a confrontaciones bélicas, está sujeto a inexactitudes y falseamientos de propiedad en aras de un falso prestigio de los pueblos basado, en no pocas ocasiones, en ocultar toda realidad científica que lo dude o lo niegue. Así, la presencia de agrios en el antiguo Egipto parece evidente aunque no ha sido probada.

 

 

Apuntes de Citricultura. Agustí.